#MUJER AL VOLANTE
MUJER AL VOLANTE, UNA HISTORIA APASIONANTE
El mundo del motor siempre ha sido eminentemente masculino, por no decir machista. Pero ya desde los inicios de la industria de la automoción, a finales del siglo XIX, la mujer ha tenido una parte mucho más activa de lo que muchos creen. Aquí les relatamos 30 historias de mujeres sobre ruedas.

La relación de la mujer con los coches siempre se ha visto en ciertos foros desde una perspectiva muy machista. Sin ninguna razón lógica que lo sustente, muchos descerebrados siempre han pensado que el mundo de las cuatro (o las dos) ruedas no estaba hecho para las mujeres. Solo hay que recordar el famoso dicho «mujer al volante…» para recordar tan casposa «tradición». Y no hablemos ya de la constante cosificación que han protagonizado muchas veces las mujeres a la hora de vender coches, tanto en los diferentes salones del automóvil, con despampanantes modelos como «reclamo» para fijarnos en el auto de turno, como en los eventos deportivos, con esas «chicas de parrilla» que, por fortuna, empiezan a ser historia en muchos grandes premios.
Porque la mujer ha dicho, dice y tendrá mucho que decir en el mundo del automóvil. Porque muchos nombres propios están escritos en femenino entre los pioneros y las pioneras de la automoción mecánica, con mujeres en papel protagonista en los primeros balbuceos de la industria, allá por finales del siglo XIX. Porque las mujeres han contribuido a la evolución del mundo de los coches con inventos tan «necesarios» como, por ejemplo, los intermitentes. O los limpiaparabrisas. Y porque incluso en el muy masculino mundo de las carreras, tanto en coches como en motos, las mujeres tienen cada día un papel más importante.
Y para que quede constancia de que las mujeres saben, y mucho, sobre ruedas y volantes, relatamos en este artículo un buen puñado de historias, del pasado y del presente, relacionadas con el mundo del motor en las que las mujeres son protagonistas absolutas.

Bertha Benz, primer viaje en coche
Carl Benz estaba desencantado con su invento, el Motorwagen, un triciclo propulsado por un motor de 0,75 caballos. Desde que lo patentara en 1866, no veía la forma de comercializarlo. Pues el «impulso» se lo dio su mujer, Bertha (1849-1944), que una mañana de agosto de 1888 cogió a sus dos hijos y se «echó» al monte con el Motorwagen en un viaje de 105 kilómetros entre Mannheim y Porfzheim (Alemania) para visitar a su madre. El viajecito, que duró entre el amanecer y el ocaso, estuvo plagado de problemas, pequeñas averías y subida de cuestas a patita, pues el «bólido» no daba para más. Pero al final Bertha hizo historia. Demostró que los coches mecánicos tenían futuro y se convirtió en la primera «viajera» en coche de la historia.

Minnie Palmer, dueña de un coche
Una de las mayores estrellas de Broadway en la segunda mitad del siglo XIX fue Minnie Palmer (1857-1936). Tras casarse y divorciarse de su mánager, Minnie contrajo segundas nupcias con un millonario inglés, Francis Jerrard, que le regaló un flamante Rougemont importado de Francia. De esta forma, Minnie se convirtió en la sensación de las calles de Londres, donde el matrimonio se había trasladado, al volante (más bien a la palanca) de uno de las primeras bellezas sobre ruedas. No en vano, la actriz norteamericana se convirtió en la primera mujer que poseía y conducía un automóvil en Gran Bretaña.

Genevra Delphine Mudge, primera piloto
Genevra Delphine Mudge (1881-1964) es «multipionera» en el mundo de la automoción en Estados Unidos: fue la primera mujer a la que se le expidió una licencia de conducción en Nueva York, en 1899; la primera piloto de la que se tiene constancia (siempre en carreras de aficionados); y por desgracia es también una de las primeras culpables de un grave accidente, pues una vez, al salirse en una curva, se llevó por delante a cinco personas. Los locos primeros años del automóvil.

Una marca en honor a Mercedes Jellinek
Una historia recurrente, pero no por ello menos interesante, es la de Mercedes Jellinek (1889-1929), la niña que «prestó» su nombre para bautizar una de las principales marcas de coches de la historia. Mercedes era hija del empresario y diplomático Ernest Jellinek, apasionado del mundo de los coches y distribuidor de los vehículos de la firma DMG, fundada por Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach. El primer Mercedes de la historia fue el 35 HP, en 1901.

‘Jefas’ del motor en España
Las mujeres empiezan a hacerse ver en los consejos de administración de las grandes firmas de la automoción en España. Y nos sirven dos ejemplos para demostrarlo: Laura Ros afronta su octavo año como directora de Volkswagen España, mientras Mar Pieltain es la actual directora general de Lexus España.

Mary Anderson, inventora del parabrisas
Ranchera, viticultora y promotora inmobiliaria, Mary Anderson (1866-1953), viajaba un día de invierno en Nueva York cuando se fijó en que el conductor tenía que para continuamente la marcha para salir del vehículo y limpiar el cristal delantero, que acumulaba cada vez más agua y nieve, con los consiguientes retrasos. Nada más bajarse, empezó a darle vueltas a un artilugio que había patentado en 1903, que consistía en una barra de goma sobre el parabrisas delantero de cualquier coche que, accionado desde dentro de forma manual, limpiaba en una sola pasada el agua y la suciedad que impedía la visibilidad. Había nacido el limpiaparabrisas.

Dorothy Levitt, pionera total
Dorothy Elizabeth Levitt (1882-1922) es una de esas fascinantes y poco conocidas personalidades, hombre o mujer, que hicieron por el mundo de la automoción más que otros nombres mucho más conocidos. Pionera tanto en la conducción «de calle» como en la deportiva en su Gran Bretaña natal, Levitt, también periodista y escritora, introdujo a la reina Alejandra, consorte de Eduardo VII, y a sus hijas, en el mundo de la automoción. Conocida como «la mujer más rápido del Reino Unido» por su proeza en varias carreras, es la inventora oficiosa del espejo retrovisor, pues en su libro La mujer y el automóvil: un manual amigable para todas las mujeres que compiten en automovilismo o desean hacerlo recomendaba a las mujeres llevar un pequeño espejo para estar atentas al tráfico a su espalda en los atascos sin dejar de mirar hacia delante.

Mary Barra, CEO de General Motors
El 15 de enero de 2014, Mary Barra (nacido en Michigan, cuna de la automoción norteamericana, en 1961) se convirtió en la primera mujer CEO de una gran marca de automoción en toda la historia, nada menos que General Motors. Miembro de una familia de inmigrantes finlandeses, el padre de Mary, Reino, trabajó 40 años en la fábrica de Pontiac en Detroit. Ingeniera electrónica, Barra ingresó en GM a los 18 años, donde ejerció diversos cargos hasta alcanzar la cima en la compañía en 2014. Desde 2017 Mary Barra es también miembro del consejo de Disney.

Florence Lawrence, reina de Hollywood… y del intermitente
Otro de esos capítulos alucinantes de la historia del automóvil tiene como protagonista a Florence Lawrence (1886-1938). Aunque hoy su nombre está olvidado, Lawrence está considerada como la «primera estrella del cine». Participó nada menos que en 270 películas en la época del cine mudo, y se la llegó a conocer como «la chica Biograph», una de las compañías pioneras de Hollywood. Pero un accidente en un rodaje en 1914 marcó el declive de su carrera y de su gran fortuna. Hasta el punto de que se suicidó ingiriendo veneno para ratas a los 52 años. Pero antes, fuera del cine, se distinguió por inventar un dispositivo, colocado en el paragolpes trasero del coche, que indicaba mediante una mano de cartón la dirección a la que iba a girar el coche. Y otra mano mostraba una pequeña señal de «Stop» cuando se accionaba el freno. Inventos vitales para la industria del automóvil poco después, pero que Lawrence no llegó a patentar.

Effie Hotchkiss, de costa a costa en Harley
Hablamos ahora de motos y de uno de sus primeros mitos, Effie Hotchkiss (1894-1966). Tras heredar una buena suma de dólares, Hotchkiss dejó su trabajo en Wall Street, se compró una Harley-Davidson y anunció su intención de cruzar Norteamérica de costa a costa. Pero su madre, Avis, no se fiaba… y decidió acompañarla. Para ello, se acopló un sidecar a la motocicleta, y comenzó la aventura. A lo largo de todo 1915, Effie y Avis Hotchkiss recorrieron los 14.000 kilómetros entre Nueva York y San Francisco, no sin grandes dificultades, pero ganando celebridad a cada estado que cruzaban. Finalmente, tras lograr su meta, se convirtieron en embajadoras vitalicias de Harley-Davidson.

Conductoras en Arabia Saudí
Del pasado al presente, en este reportaje no podemos pasar por alto la lucha de las mujeres de Arabia Saudí, que solo hace cinco años consiguieron, por fin, conducir de forma legal. Desde ese momento, las mujeres saudíes dejaron de ser los únicos miembros del género humano a las que una ley medieval les impedía conducir. Y a pesar de que los derechos de las mujeres aún tienen mucho camino que recorrer en Arabia Saudí, esta «conquista» supuso un punto y aparte en la liberación de la mujer a nivel mundial.

June McCarroll pintó la raya «por sus ovarios»
Una de las mayores rebeldes de la historia del automóvil fue sin duda June McCarroll (1867-1954), una enfermera de Nueva York cuyo mérito fue… pintar la raya que separaba los dos carriles en una carretera. Tras ser su Ford T literalmente expulsado de la carretera por un camión en Indio (California) en el otoño de 1917, McCarroll decidió pintar ella misma una línea que dividiera la carretera. Y así lo hizo, a pesar de que su propuesta no había conseguido el permiso de las autoridades. Su rebeldía fue apoyada por una campaña de miles de cartas para que su «invento» fuera adoptado lo antes posible. Y por fin, siete años después del accidente, California «separó» los carriles en sus 6.000 kilómetros de carreteras.

Galloway, coches para mujeres
Aunque pudiera parecer que la industria del automóvil aún estaba en pañales en 1920, no lo veía así sin duda Dorothée Pullinger (1894-1986), hija del director de Arrol-Johnston, compañía escocesa que fabricó en 1896 el primer automóvil de Gran Bretaña. En 1920, recién acabada la I Guerra Mundial, Pullinger fundó Galloway, una marca subsidiaria de Arrol-Johnston en la que solo trabajarían mujeres fabricando coches… para mujeres. Así, en 1920 nació el Galloway 10/20, muy influido por el Fiat 501, pero adaptado al gusto femenino, con un tamaño menor, frenos y controles más a mano y espejo retrovisor. A pesar de su audacia, la compañía tuvo que echar el cierre en 1928.

Aloha Wanderwell, vuelta al mundo en Ford T
Otra de las grandes pioneras del automóvil fue Aloha Wanderwell (1906-1996), escritora, aviadora, cineasta y exploradora canadiense que se convirtió en la primera mujer que dio la vuelta al mundo en coche. Inició su aventura en Niza (Francia), el 29 de diciembre de 1922, y regresó al punto de partida en enero de 1927, más de cuatro años después. Y todo ello a bordo del que quizá es el modelo más icónico de la historia del automóvil: el Ford T.

Isadora Duncan, mito muerto en accidente
Con los coches llegó la velocidad. Y con la velocidad, el peligro y los accidentes. Isadora Duncan (1877-1927), bailarina y coreógrafa norteamericana, considerada como la madre de la danza moderna, tiene el triste «honor» de ser una de las primeras celebridades que perdieron la vida en un accidente de tráfico. Aunque Isadora ya había conocido la tragedia, pues sus dos hijos, Deirde y Patrick, murieron en 1913 en París, ahogados en el Sena tras caer al río en el coche que conducía su niñera. El 14 de septiembre de 1927, en Niza, Isadora Duncan viajaba como copiloto en un Amilcar, un descapotable francés (la leyenda luego lo convirtió en un Bugatti), cuando el larguísimo fular que llevaba al cuello se enredó en el eje de la rueda trasera. Isadora murió estrangulada, y aquel mismo día se convirtió en mito.


Homenaje Art Decó a Isadora Duncan
Mujer, arte y coches. Tres conceptos reunidos en una de las obras maestras del estilo Art Decó: Autorretrato en un Bugatti verde (1929), obra de la pintora polaca Tamara de Lempicka (1898-1980). Sus retratos femeninos y desnudos de ambos sexos son considerados obras maestras del arte de la primera mitad del siglo XX. A pesar de ser un autorretrato, el cuadro en cuestión es un homenaje a la icónica muerte de Isadora Duncan, que aunque no fue en un Bugatti, la leyenda la situó en un deportivo de la mítica firma italiana, mucho más acorde al lujo y la exclusividad tanto de Duncan como de Lempicka. Autorretrato en un Bugatti verde fue un encargo de la revista alemana Die Dame para celebrar la cada vez más visible independencia de la mujer.

Arabian Gazelles, supercoches solo para mujeres
Los países árabes se distinguen por su machismo innato, pero «oasis» como Dubái nos pueden llegar a sorprender de la forma más alucinante. Por ejemplo, porque el emirato alberga uno de los clubes más exclusivos del mundo. ¿Por qué? Porque solo está reservado para dueñas de superdeportivas. Dueñas, sí, no hombres. Se trata de «Arabian Gazelles», club al que pertenecen 80 mujeres de 17 países que cumplen las dos condiciones indispensables: ser mujer y poseer un superdeportivo. Fundado en 2016 por la piloto de rallys Hanan Mazouzi, las orgullosas miembros del club se presentan allí a diario a bordo de sus modelos de Aston Martin, Bentley, Bugatti, Ferrari, Lamborghini, Maserati, McLaren o Mercedes-AMG GT Coupe. Casi nada.

Helene Rother, primera diseñadora
Nacida en Leipzig (Alemania), Helen Rother (1908-1999) se convirtió en 1943 en la primera mujer en el equipo de diseño de una firma de automóviles, concretamente en General Motors, en Detroit. Rother había llegado a Estados Unidos tan solo dos años antes, tras huir de la Alemania nazi en 1941 y previo paso por un campamento de refugiados en el norte de África. Antes de recalar en GM, Helen Rother trabajó en la famosa Marvel Comics. Especializada en interiores, su mayor aportación al diseño automovilístico fue en la firma Nash.

Teresa de Filippis, ¡una mujer en la F1!
Aunque la Fórmula 1 parece un coto exclusivo para pilotos masculinos, la italiana María Teresa de Filippis (1926-2016), «rompió la barrera» el 18 de mayo de 1958, cuando se convirtió en la primera de las cinco mujeres que hasta hoy han corrido en el «Gran Circo». De padre italiano (conde) y madre española, De Filippis «heredó» el Maserati 250F con el que Juan Manuel Fangio había ganado el Mundial de F1 en 1957. En su primer GP, Mónaco, no logró clasificarse para la carrera, pero sí pudo correr el Gran Premio de Bélgica el 15 de junio, en el que terminó en décima posición. En la siguiente carrera, el director del GP de Francia no le permitió correr porque «el único casco que debería ponerse una mujer es el de la peluquería». Tal cual. De Filippis disputó tan solo dos carreras más en 1958 y 1959.
La única mujer que ha logrado puntuar en una carrera de Fórmula 1 ha sido hasta la fecha la también italiana Lella Lombardi (1941-1992), que logró 0,5 puntos gracias a su sexto puesto, a bordo de un March Ford, en el Gran Premio de España de 1975, en el circuito barcelonés de Montjuïc. En total, Lombardi corrió 17 carreras en F1.

Anna Costamagna, diseño de interiores
La semilla que plantó Helen Rother en la posguerra mundial con su trabajo de diseño en Estados Unidos ha germinado en varias «sucesoras» que han encontrado su lugar en los equipos de diseño de grandes marcas y modelos automovilísticos en los últimos años. Una de ellas es la italiana Anna Costamagna (Turín, 1975), design manager del Design Lab de Peugeot en París. Y entre sus «creaciones», tenemos el interior de la anterior generación de un modelo tan importante para la firma francesa como es el 208.

Barbara Castle, ministra de Transportes
Y como hay mujeres para todo, Barbara Castle (1910-2002) no fue ni piloto, ni diseñadora ni nada relacionado directamente con la producción de vehículos. Porque Castle ha pasado a la historia como la mejor ministra de Transportes del Reino Unido. Y eso que solo permaneció tres años en el cargo (1965-1968) bajo la presidencia del laborista Harold Wilson. Pero en ese corto periodo Barbara Castle ha pasado a la historia de la automoción británica por la introducción, entre otras medidas, de los límites de velocidad permanentes, los controles de alcohol y los cinturones de seguridad obligatorios. Pero si por algo es recordada Barbara Castle, es por su papel de mediación en la huelga de las costureras de Ford en 1968 (leer debajo).

Huelga de las «costureras» de Ford
El 7 de junio de 1968, 187 «costureras» que trabajaban en el departamento textil de la planta de Ford en Dagenham, cerca de Londres, se pusieron en huelga. ¿El motivo? Que haciendo el mismo trabajo que un hombre, su salario no llegaba al 85% del de sus compañeros masculinos. Y lo que pareció un capricho llegó a convertirse casi en una tragedia, pues la factoría de Ford tuvo que parar la producción al no poder contar con la tapicería para los asientos de los coches. 40.000 empleos «masculinos» en su mayoría, quedaron pendientes de un hilo… de las costureras de Ford. Las presiones sobre ellas fueron enormes, por parte de los directivos de Ford, por parte de sus compañeros e incluso por parte de sus propios maridos.
Pero resistieron. Trece fueron los días de una intensa huelga que terminó en éxito para las trabajadoras de Ford, en parte gracias al apoyo de la antigua ministra de Transportes, Barbara Castle, y ahora secretaria de Estado de Empleo (leer arriba). De hecho, Castle logró dos años después, en 1970, que el Parlamento aprobase la Ley de Igualdad Salarial entre hombres y mujeres. La historia de estas bravas mujeres se recoge en la película Precio justo (Nigel Cole, 2010), cuyo tráiler vemos encima de este párrafo.

Jutta Kleinschmidt: una mujer campeona del Dakar
A muchos de esos cretinos que piensan que los coches no son para mujeres les debió dar una vuelta de campana el cerebro cuando Jutta Kleinschmidt (Colonia, Alemania, 1962) se impuso en el (entonces) Rally París-Dakar de 2001. La alemana, antigua diseñadora de BMW, se impuso en el Raid más famoso del mundo al volante de un Mitsubishi Pajero (Montero por estos lares), logrando una hazaña que aún no ha sido igualada.

María de Villota, la lucha de una mujer insuperable
La figura más legendaria del automovilismo español es sin duda María de Villota (1979-2013), hija de otro mito de nuestras cuatro ruedas, Emilio de Villota, que murió por las heridas ocasionadas cuando realizaba unas pruebas con un Marussia del equipo McLaren en el aeródromo de Duxford (Reino Unidos). Aunque María sobrevivió a un brutal impacto en la cabeza contra la bandeja desplegada de un camión, que le provocó la pérdida de un ojo, luchó denodadamente, siendo un ejemplo para todo un país, por seguir adelante, aunque las secuelas se la llevaron definitivamente un año después. Durante esos últimos meses, su imagen con un parche en el ojo derecho se convirtió en un icono.
Thelma & Louise: feminismo, cine y coches
Si hay que buscar una película en la que converjan los términos «feminismo» y «coches», la mejor sin duda es Thelma & Louise (Ridley Scott, 1991). La road-movie más femenina termina de una manera brutal con las dos protagonistas, Susan Sarandon y Geena Davis, cabalgando hacia la «libertad» en un precioso Ford Thunderbird del 66.
